domingo, 19 de octubre de 2014

Pensar = Rebolución

 Cerca de la facultad se encuentra el Parque de la Memoria, lugar destinado a ofrecer un recuerdo sobre lo que pasó en Argentina entre el año 76 y el 83. De todas las expresiones artísticas que se encuentran ahí, hay una en particular que siempre me llama muchísimo la atención y no es sólo por su tamaño. Parecería ser una chapa metálica pintada de bordó la cuál esta agujereada, y esos agujeros tienen formas de letras. En la chapa está escrito: Pensar es un hecho revolucionario. La frase de por si me produce escalofríos.

Hace un par de meses, para un trabajo práctico de la facultad, con un compañero de mi grupo de trabajos prácticos tuve que ir a entrevistar a unas personas que casualmente trabajan en este parque.  Al pasar al lado de esta chapa le comenté que me parecía una frase muy buena, él me dijo que no estaba de acuerdo, no recuerdo su argumentación pero sí recuerdo que cuando me preguntó por qué pensaba que esa frase si presenta cierta veracidad yo no supe responder.

 Desde ese momento, cada vez que veo esa chapa me quedo pensando por qué me moviliza la frase que tiene grabada. Hoy creo tener algunos argumentos y preguntas que pueden acercarme a una fundamentación.

 Tal vez a dicha oración le falta ser más explícita en el sentido de qué entiende por pensar, o tal vez deja a juicio del lector sobre qué cree que es pensar y desde ahí poder analizar si puede llevar el adjetivo revolucionario. Por ende el primer planteo sería: ¿Qué es pensar?  Y luego: ¿Todo acto de pensar es revolucionario?

 No voy a recorrer la primera pregunta, simplemente dejar en claro que mi postura rudimentaria sobre el pensamiento es la siguiente: Cualquier relación entre ideas, criterios, opiniones que lleven a una conclusión es pensar. Y esto ocurre naturalmente en el humano. Las acciones que realizamos las elegimos en base a algún o algunos criterios, no se efectúan azarosamente.

 Pero a mi enseñaron que todos lo que mis padres, profesores y gente diversa hicieron por mi es enseñarme a pensar, darme herramientas para que yo pueda pensar. Me gustaría cambiar esta idea por la siguiente: Yo mismo tengo las herramientas para pensar, lo que mis padres, profesores y gente diversa me dieron fueron pautas sobre como pensar o hacia que conclusiones llevar mi pensamiento.

 Y acá es cuando  “Pensar es un hecho revolucionario” si tiene validez. Pensar es un hecho revolucionario cuando pongo mis criterios para tomar decisiones sobre cómo actuar. Pensar es un hecho revolucionario cuando pueda ejercer este acto libremente, sin el encausamiento del otro. Cuando puedo decidir sobre los valores que tomo como correctos o incorrectos, cuando puedo dudar de lo cierto hasta no experimentarlo como tal.

 Pensar es un hecho revolucionario porque la revolución es cambio. No es estatismo, es  un dinamismo constante. Es más, para que haya revolución debe existir el acto de pensar, ya que el no pensar no permite re elaborar los criterios con los cuales se acciona y la revolución es un actuar distinto al que se está establecido.  


(Tiempo después)


 Hoy me encontré con otra frase “La educación da libertad”. Está escrita en un colegio cerca de casa. Esta no me gustó, esta es mentira. Cualquier educación no da libertad, más bien estoy seguro que hay muchas educaciones que encarcelan, secuestran el alma y el libre pensamiento, hasta encadenan las buenas intenciones de las personas.

Tan difícil decidirse y opinar sobre qué es pensar, sobre qué es educar… Y más hoy que soy un intento de educador.

 Lo que sí puedo concluir es que lo que si da libertad es el libre pensamiento, es el poder decidir qué pensar o qué tomar como educación. Escuchar y saber discernir, abstraerse y abstenerse de caer en ideas que por más persuasivas que sean esconden el egoísmo propio de esta época.



¡NO MÁS!    

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