Cerca de la facultad
se encuentra el Parque de la Memoria, lugar destinado a ofrecer un recuerdo
sobre lo que pasó en Argentina entre el año 76 y el 83. De todas las
expresiones artísticas que se encuentran ahí, hay una en particular que siempre
me llama muchísimo la atención y no es sólo por su tamaño. Parecería ser una
chapa metálica pintada de bordó la cuál esta agujereada, y esos agujeros tienen
formas de letras. En la chapa está escrito: Pensar es un hecho revolucionario.
La frase de por si me produce escalofríos.
Hace un par de meses,
para un trabajo práctico de la facultad, con un compañero de mi grupo de
trabajos prácticos tuve que ir a entrevistar a unas personas que casualmente
trabajan en este parque. Al pasar al
lado de esta chapa le comenté que me parecía una frase muy buena, él me dijo
que no estaba de acuerdo, no recuerdo su argumentación pero sí recuerdo que
cuando me preguntó por qué pensaba que esa frase si presenta cierta veracidad
yo no supe responder.
Desde ese momento, cada
vez que veo esa chapa me quedo pensando por qué me moviliza la frase que tiene
grabada. Hoy creo tener algunos argumentos y preguntas que pueden acercarme a
una fundamentación.
Tal vez a dicha
oración le falta ser más explícita en el sentido de qué entiende por pensar, o
tal vez deja a juicio del lector sobre qué cree que es pensar y desde ahí poder
analizar si puede llevar el adjetivo revolucionario. Por ende el primer planteo
sería: ¿Qué es pensar? Y luego: ¿Todo
acto de pensar es revolucionario?
No voy a recorrer la
primera pregunta, simplemente dejar en claro que mi postura rudimentaria sobre
el pensamiento es la siguiente: Cualquier relación entre ideas, criterios,
opiniones que lleven a una conclusión es pensar. Y esto ocurre naturalmente en
el humano. Las acciones que realizamos las elegimos en base a algún o algunos
criterios, no se efectúan azarosamente.
Pero a mi enseñaron
que todos lo que mis padres, profesores y gente diversa hicieron por mi es
enseñarme a pensar, darme herramientas para que yo pueda pensar. Me gustaría
cambiar esta idea por la siguiente: Yo mismo tengo las herramientas para
pensar, lo que mis padres, profesores y gente diversa me dieron fueron pautas
sobre como pensar o hacia que conclusiones llevar mi pensamiento.
Y acá es cuando “Pensar es un hecho revolucionario” si tiene
validez. Pensar es un hecho revolucionario cuando pongo mis criterios para
tomar decisiones sobre cómo actuar. Pensar es un hecho revolucionario cuando
pueda ejercer este acto libremente, sin el encausamiento del otro. Cuando puedo
decidir sobre los valores que tomo como correctos o incorrectos, cuando puedo
dudar de lo cierto hasta no experimentarlo como tal.
Pensar es un hecho
revolucionario porque la revolución es cambio. No es estatismo, es un dinamismo constante. Es más, para que haya
revolución debe existir el acto de pensar, ya que el no pensar no permite re
elaborar los criterios con los cuales se acciona y la revolución es un actuar
distinto al que se está establecido.
(Tiempo después)
Hoy me encontré con
otra frase “La educación da libertad”. Está escrita en un colegio cerca de
casa. Esta no me gustó, esta es mentira. Cualquier educación no da libertad,
más bien estoy seguro que hay muchas educaciones que encarcelan, secuestran el
alma y el libre pensamiento, hasta encadenan las buenas intenciones de las
personas.
Tan difícil decidirse
y opinar sobre qué es pensar, sobre qué es educar… Y más hoy que soy un intento
de educador.
Lo que sí puedo concluir
es que lo que si da libertad es el libre pensamiento, es el poder decidir qué
pensar o qué tomar como educación. Escuchar y saber discernir, abstraerse y
abstenerse de caer en ideas que por más persuasivas que sean esconden el
egoísmo propio de esta época.
¡NO MÁS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente con respeto, por favor. Somos almas sensibles.